En la Biblia son muchas las personas que, en algún momento de su vida, pasaron por desiertos y tuvieron que clamar a Dios, algunos de una forma tan dolorosa y desgarradora como David en el Salmo 13


¿Hasta cuándo, Señor, me seguirás olvidando?
 
  ¿Hasta cuándo me esconderás tu rostro?

¿Hasta cuándo he de estar angustiado

y he de sufrir cada día en mi corazón?
¿Hasta cuándo el enemigo me seguirá dominando?

 

 

 

Sin embargo, en medio del desierto personal donde se encontraba supo a quién pedir ayuda

 

Señor y Dios mío mírame y respóndeme; ilumina mis ojos.

Y sabiendo donde estaba puesta su confianza

Pero yo confío en tu gran amor;
mi corazón se alegra en tu salvación.

Canto salmos al Señor. ¡El Señor ha sido bueno conmigo!

¿Te sientes como David clamando y sin saber dónde buscar ayuda? ¿Estás atravesando algún desierto?

 

Queremos decirte que no somos profesionales, no somos ni consejeros, ni psicólogos ni psiquiatras, somos personas que también clamamos y lloramos en nuestros desiertos personales, por lo tanto estamos aquí para escucharte y acompañarte.

 

Cuéntanos tu desierto.

Imágenes:

Photo by Eric Ward on Unsplash

Photo by Andrew Neel on Unsplash